Al fin y al cabo mi frustración sólo deja una más que evidente marca fuera de mi cuerpo. Ríos que recorren mi cara y desembocan en mi cama, dejando sabanas y almohadas impregnadas por la soledad.
¿De qué me sirve repetir lo mismo una y otra vez? ¿De qué me sirve reafirmar cuales son mis carencias?
Nadie va a venir a rellenar este vacío.
Nadie salvo la música.
No hay comentarios:
Publicar un comentario