Miles de mentiras y verdades pronunciadas por seres queridos es aquello que me atormenta cada noche, aquello que no me deja dormir, lo que me mantiene en vela. En vela por una adicción, un deseo, una droga. Una droga prohibida, detestable a la par que maravillosa, tan dulce como amarga. Más solitaria de lo que aparenta, más si se te va de las manos.
Una droga que coloca cualquier desorden, repara fracturas irreparables, un caos sumido en la más absoluta perfección.
Podrás pensar que hablo del amor, esa sensación que aviva cualquier fuego sin necesidad ninguna de oxígeno, puede que hable de la música, de la más perfecta melodía compuesta jamás.
Al fin y al cabo, aquello que te hace feliz, aquello que realmente te llena es por lo que tienes que luchar. Qué más da si es una persona, un oficio, una forma de vida... La vida es demasiado corta como para que seamos conformistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario